Y bueno. El Presidente de la República, Sebastián Piñera, sigue no escuchando el mensaje de molestia, que un 70% de los chilenos rechaza su gestión. Es increíble que siga adelante, mostrando una tozudez frente a las demandas tan conocidas, como por ejemplo, la que está de moda en estas semanas, que se rebaje o elimine el impuesto específico a los combustibles, cuyo valor para el consumidor es desmesurado.
Me pregunto, el por qué su equipo de asesores, encabezados por María Luisa Brahm, brazo derecho del mandatario, es tan ineficiente y no lo ayudan a mejorar su alicaída imagen como gobernante, tanto en el ámbito interno y externo del país, o simplemente, no los escucha y su afán personalista, lo consume y lo hacer caer en constantes errores, muchos de ellos garrafales.
Quizás el término empleado por The Economist, de calificarlo como inepto, no corresponde, pero el mensaje es claro, no escucha a la gente, no tiene credibilidad y cae en constantes discursos que se contradicen, por ejemplo, con los que declaran sus propios ministros.