El nuevo ministro de Economía, Pablo Longueira, que debutó esta semana en el gabinete, admite que existen dos almas en la Alianza, dice que el mercado eléctrico está muy concentrado y se declara partidario de contrapesar el poder de Hacienda.
Pablo Longueira frunce el ceño y levanta una de sus cejas cuando se apasiona. Esta semana, luego de ser nombrado como ministro de Economía en reemplazo de Juan Andrés Fontaine, no sólo entró de lleno a los temas económicos del momento, como el caso La Polar o el alza de los combustibles, sino también mostró generosamente el perfil que más le acomoda: el político.
En entrevista con La Tercera, este ingeniero civil industrial y vicepresidente de la UDI es claro en señalar la importancia de que haya un contrapeso a la influencia del Ministerio de Hacienda en la toma de decisiones.
"Quiero que tengamos visiones equilibradas entre lo técnico y lo social", dice. Agrega que se debe potenciar el rol subsidiario de la cartera hacia la protección de los consumidores y en el estímulo de mayor competencia en el sector privado. En ese plano, para Longueira, mercados como el de la energía exhiben hoy "una excesiva concentración económica".